Conferencia 10 – fase B

LA PRIMERA MONTAÑA

Mucho se ha hablado del camino iniciático. Ahora me permito explicar más detalladamente el camino hacia la liberación. Tenemos que empezar por elaborar nuestras propias energías. Sabemos que el ser humano es una máquina que tiene siete centros: dos superiores y cinco inferiores. Estos cinco centros no trabajan con su propio hidrógeno, por lo cual, la máquina humana anda mal. Sabemos muy bien que de estos cinco centros inferiores los cuatro primeros roban la energía del quinto, que es el centro sexual. Por eso, nadie puede llegar a la castidad si no organiza primeramente su máquina humana; hacer que estos cinco centros o cilindros trabajen debidamente, cada uno con su propia energía. Así podemos fabricar el hidrógeno 12, que es el del centro sexual. Mientras no hagamos este trabajo, es perder tiempo, porque siempre la parte sexual estará desequilibrada, lo mismo que los otros centros. El hidrógeno 12 es el hidrógeno del sexo, con que trabaja el sexo normalmente, y el Si-12 es ya cuando se transmuta, por medio de la castidad científica.

Por medio de la muerte de esos elementos psíquicos diminutos, que se manifiestan a cada instante, a cada momento en uno, ya sea de lujuria, de orgullo, de venganza, de odio, de robo, en fin; todos estos detalles son los que roban y desequilibran la energía sexual y no le permiten a una persona llegar a la castidad, puesto que no está trabajando con su energía cada centro. El uno roba al uno, otro roba al otro, todos roban al centro sexual y, a su vez, el centro sexual, para poder funcionar, le roba también la energía a los otros centros, donde se desequilibra totalmente la máquina humana. Un cruce de hidrógenos que no lo lleva a un equilibrio, sino que sigue alimentando a esos elementos psíquicos sin esperanza de llegar al camino de la iniciación.

Así es como está funcionando todo el estudiantado actualmente, sin excepción, porque nadie ha hecho este trabajo como lo estoy indicando aquí. Quien quiera llegar a equilibrar su máquina humana, debe empezar a equilibrar cuanto detalle se manifieste, por diminuto que sea, pidiéndole a su Madre divina la eliminación. Así es que vamos equilibrando la máquina humana, para lograr verdaderamente nuestro fin, que es el camino iniciático. Cuando se empieza a trabajar con la muerte, tal como lo he enseñado aquí, vienen los cambios de la energía en el discípulo. Uno empieza con el mercurio negro, segundo pasa a blanco, tercero a amarillo y cuarto a rojo. El rojo ya es el fuego sagrado. Despierta y empieza a ascender por la médula espinal. Este es el principio del trabajo que tenemos que realizar. No hay otro camino para empezar la Primera montaña, o el trabajo esotérico. Pueden buscar por donde quieran, si no se empieza por ahí no ha empezado el trabajo. Aquí mueren las teorías, y los hechos son los que sacan adelante al discípulo.

Las pruebas para entrar a la iniciación:

Entre las pruebas a que es sometido el discípulo está, primeramente, la prueba del guardián, donde tiene que enfrentarse ante su propia bestia que ha creado a través de los siglos. Segundo, las pruebas de los cuatro elementos: fuego, aire, agua y tierra. En su debido orden, es sometido el aspirante. Estas se las repiten al estudiante muchísimas veces. No importa que las haya pasado, siempre se las viven tirando porque con estas pruebas da la nota. Después de estas pruebas siguen una serie de pruebas que se le vienen a uno encima probándole el orgullo, la vanidad, la lujuria, el odio, etc. En fin, toda una serie de pruebas, pues este es un proceso largo y estas pruebas se repiten una y otra vez.

Esta es una disciplina continua que tiene que darse el estudiante diariamente para poder salir bien en esas pruebas, que por lo regular son pequeñísimas y más difíciles para pasar: el sentimentalismo, el apego, los bienes materiales, la familia, etc. En esto tienen que pulirse mucho, haber comprendido muy a fondo para poder salir bien en lo interno; de lo contrario, pierde todo y ahí se puede estancar hasta nueva orden, hasta que lo corrija.

El ascenso por la Primera montaña:

Cuando uno trabaja con el hidrógeno Si-12, despertó el fuego sagrado, empezó a ascender la Primera montaña, que son las iniciaciones del fuego, donde, de acuerdo con el trabajo psicológico que vaya haciendo, va ascendiendo el fuego con más rapidez. De modo, pues, que hay que llevar equilibrio entre la muerte y el nacimiento si es que se quiere avanzar rápido, porque esta energía, el fuego sagrado, asciende con los méritos del corazón. Un egoísta demora muchísimo más, tres veces más para ascender el fuego, puesto que es una persona que quiere todo para ella y no enseña a los demás. O sea, que no le importa la humanidad, y es lo principal que debe tener el iniciado. Tener en cuenta que si quiere salvarse debe bregar a salvar a los demás para que no fracasen. Eso se llama amor.

En la primera vértebra que se gana recibe la espada, una espadita pequeña con empuñadura blanca, que de una vez debe ponérsela en el cinto porque toda la logia negra se le viene encima para  quitársela. Y en la medida que va subiendo el fuego va alargando la espada, hasta que encarna al Íntimo, que viene a ser la espada flamígera, la espada de los mágicos poderes, que tiene poderes sobre la naturaleza. Cuando uno encarna al Íntimo lo toma la ley del Siete, o sea que el Íntimo cada siete años se va manifestando con más fuerza, con más sabiduría, con más esplendor, más poder dentro de sí, hasta que llega a los 42 años. No hay que hacerse ilusiones de que porque encarnó al Íntimo ya va a quedar con toda la sabiduría y toda la fuerza, porque él nace como cualquier niño y va creciendo y expresándose por la ley del Siete, hasta llegar a la edad madura, que son los 42 años. Ahí sí está con todo su esplendor. Así vamos ganando vértebra por vértebra y van despertando los chakras e iglesias. El iniciado va gobernando los cuatro elementos de la naturaleza a medida que va ascendiendo; hasta que llega a la quinta de mayores y es calificado como hombre auténtico. En la quinta iniciación de mayores es cuando el iniciado escoge el Camino directo o la espiral. El camino se escoge de acuerdo con la revolución de la conciencia: si es una persona pasiva, pues, escoge la espiral; si es una persona revolucionaria, escoge el Camino directo. El que escoge la espiral es porque no le interesa la liberación, y la espiral no se le aconseja ni al peor enemigo, porque así no se llega nunca a la liberación.

De modo, pues, que invito a aquellos revolucionarios a que reflexionen y se jueguen el todo por el todo. El Camino directo trae triunfos, pagos que le hacen las jerarquías a uno. Por la espiral no hay triunfos ni pagos ni nada. Cuando ya escoge el Camino directo es que viene a encarnar la primera triada que es Atman, Budhi y Manas. Cuando uno fabrica el cuerpo causal (Manas) de hecho, se encarnan las dos fuerzas superiores y queda un iniciado de misterios mayores. Ya queda convertido en un maestro de misterios mayores, misterios de fuego; pero no hay que confundir los misterios del fuego con las iniciaciones de oro, que son completamente diferentes.

Cuando se encarnan las tres fuerzas dentro del iniciado se convierte en maestro. Tiene derecho a la culminación de esa montaña, a pasar a una capilla redonda y muy hermosa donde puede darse un descanso: meditar, hacer un recuento o retrospección de todo el trabajo que acaba de realizar. Esto es minucioso, porque ahí queda mucha sabiduría para que el maestro pueda manifestarla más tarde, para luego renunciar ahí a esa felicidad e iniciar la Segunda montaña.

 

Fin conferencia 10