LOS TRES FACTORES

Los tres factores de la revolución de la Conciencia

Los tres factores están implícitos en el estudio de los cuatro pilares de la Sabiduría, y son la síntesis de todo el trabajo esotérico. A lo largo de las 50 conferencias ahondaremos en la comprensión de cada uno de ellos. Le recomendamos estudiar todo el temario de conferencias para profundizar en su estudio.

  • El primer factor será el Nacimiento espiritual.
  • El segundo factor será la Muerte psicológica.
  • El tercer factor será el Sacrificio por la humanidad.

NACIMIENTO ESPIRITUAL 

El Nacimiento espiritual es la creación de los cuerpos existenciales del Ser durante la práctica de sexo. Con nuestro cuerpo de carne y hueso percibimos el mundo físico pero la realidad tiene otros niveles aparte de la dimensión física. Para conocer y habitar esas dimensiones superiores necesitamos otros cuerpos; esos cuerpos sutiles y energéticos solo pueden ser creados por nosotros mismos mediante el suprasexo o tantrismo blanco.

Con cada cuerpo que creamos “nacemos” en una dimensión superior, nos hacemos concientes de ella. Para Nacer es necesario tener una pareja estable con la que podamos trabajar en el sexo en forma permanente. Debe ser una pareja, no pueden ser varias, pues esto adulteraría el trabajo. La pareja debe estar dispuesta a colaborarnos y conocer el trabajo que se va a hacer.

Para este trabajo debemos aprender a valorar la energía creadora sexual, pues con ella haremos toda la creación. No sabemos que la energía sexual es la que nos mantiene vivos, y que si la saqueamos nos volvemos más débiles. Ignoramos lo que puede haber de sagrado en el sexo. Nunca nos han enseñado que todas nuestras posibilidades de Ser dependen del uso que le demos a la energía sexual.

El suprasexo no se puede practicar en cualquier lugar, es necesario tener una habitación destinada a esto. El lugar donde se practicará el sexo es el lecho nupcial o altar. Este lugar es muy especial y debemos cuidarlo mucho para que no se mezclen otras fuerzas. La habitación o alcoba donde se encuentra deberá estar en magníficas condiciones de aseo y ventilación, libre de ruidos (música estruendosa) y televisores. No puede haber más personas durmiendo en la misma habitación.

Antes de iniciar la práctica de suprasexo debemos hacer unos preparativos:

  • Conjuración del Belilín y Círculo mágico (ver Conferencia  nº 7: “Las conjuraciones”)
  • Súplica al Padre interior y a la Madre divina para que nos asistan durante la práctica.
  • Besos y caricias entre los esposos para lograr una adecuada lubricación del yoni.
  • Penetración del falo dentro del yoni (el pene en la vagina).
  • Una vez unidos sexualmente son necesarias la concentración, la imaginación y la voluntad.

Procedimiento respiratorio para la transmutación de la materia en energía:

  • Inhalación (20 segundos): imaginando la entrada del aire por la nariz hasta los pulmones y luego bajarlo hasta las glándulas sexuales.
  • Retención (20 segundos): imaginando el ascenso de un hilo dorado por la columna vertebral, desde el cóccix hasta el entrecejo.
  • Exhalación (20 segundos): mantralizando lenta y alargadamente IIIII, AAAAA, OOOOO, vocal por vocal, repitiendo todo el procedimiento respiratorio para cada vocal.
  • La práctica se prolongará durante todo el tiempo que la pareja lo desee, pero deberán retirarse sin derramar la energía creadora sexual, es decir, sin eyacular ni llegar al orgasmo.
  • No se practicará sino una vez en la noche.
  • Con paciencia, prudencia y perseverancia se irá avanzando vértebra por vértebra y cuerpo por cuerpo.
  • Hacer movimientos muy suaves para no derramar la energía.
  • Luego de la práctica, esperar un mínimo de dos horas para bañarse.

Algunas conferencias relacionadas: Conf. 10 (“Los Siete Cuerpos”), Conf. 11 (“Como se fabrica Alma y Espíritu”).

MUERTE PSICOLÓGICA

Dentro de nosotros viven muchas personas, nunca somos idénticos. A veces se manifiesta en nosotros una persona mezquina, otras, una persona irritable; en cualquier otro instante una persona espléndida, benevolente, más tarde una persona escandalosa o calumniadora, después un santo, luego un embustero, etc.

Nuestra energía está embutida en cada uno de nuestros defectos; somos hombres-máquina, marionetas manejadas por hilos invisibles. Carecemos de una verdadera individualidad. Cada uno de nuestros defectos se mueve en dirección diferente; nunca somos los mismos.

Cuando autobservamos el mundo interior seriamente nos sorprendemos con tantos defectos. Cada uno de nuestros defectos es una persona diferente, un “yo” diferente. No tenemos un solo “yo” permanente y único, sino que tenemos millones de “yoes”.

Con la muerte de cada uno de nuestros defectos recuperamos la energía y la Conciencia que este tenía atrapada. De esta manera la Conciencia liberada se va integrando a la Conciencia libre.

Método para la liberación de la Conciencia:

  1. Autobservarnos a cada instante para poder descubrir los diferentes defectos que se nos manifiestan.
  2. Reflexionar y meditar en los defectos descubiertos hasta comprenderlos.
  3. Suplicarle a nuestra Madre divina que, por favor, elimine ese defecto que comprendimos.

La Madre divina es un poder espiritual que todos tenemos en nuestro interior; es una fuerza que elimina nuestros defectos psicológicos cuando le suplicamos de corazón.

¿Qué se puede observar en el mundo interior?

  1. Los distintos pensamientos.
  2. Las charlas internas entre los yoes.
  3. Las emociones agradables.
  4. Las emociones desagradables.
  5. Los estados de ánimo en que nos encontramos.
  6. Las reacciones mecánicas.
  7. Todo lo que nos altera, cualquier situación del mundo físico.

El sentido de la autobservación se irá agudizando progresivamente, en la medida que lo usemos, hasta que despertemos completamente.

Ejemplo:
Voy por la calle conduciendo tranquilamente. Al llegar a la esquina otro vehículo se me atraviesa. Si en ese instante no me identifico con lo que me está pasando podré observar todo lo que sucede en mi mundo interior; veamos:

  • Aparece un yo que me dice “grítale: ¡Estúpido!”
  • Otro, “¡Insúltalo!”
  • Otro, “¿Qué se cree?”
  • Otro, “¡Alcánzalo!”
  • Observo que tengo ganas de pelear.
  • Observo que mi centro emocional está contraído.
  • Observo que un yo quiere vengarse.
  • Me pregunto quién le enseñó a manejar.
  • Pienso: “¡Ojalá que choque!”
  • Otro me dice que pudo habernos rayado el automóvil.
  • No puedo dejar de pensar en esto.
  • “¡Qué irresponsable!”, dice otro.
  • Otros yoes hacen comentarios de lo que sucedió.
  • Siento resentimiento por lo que pasó.

Un tiempo después, sigo recordando la escena:

  • Aún tengo ira.
  • No puedo olvidar lo que sucedió.
  • Me siento debilitado.

Cada una de estas manifestaciones está producida por un yo diferente, y debo suplicarle a la Madre divina que me los elimine.

Otro ejemplo:
Pasa una mujer muy atractiva cerca de uno. Si me autobservo, descubro yoes en mi cabeza que la están idealizando. Si observo el centro emocional, me siento enamorado o atraído por ella. Si observo el centro instintivo y el sexual, noto una actividad morbosa inconfundible. ¿Qué tengo que hacer? Al observar que la estoy idealizando, pido muerte para ese detalle. Al observar que me estoy enamorando, pido muerte para ese sentimiento. Y al observar la sensación instintiva, pido muerte para ese yo. Si cualquiera de ellos persiste continúo pidiéndole a la Madre que lo elimine hasta que no aflore ninguno.

A este procedimiento se le denomina Muerte en marcha, e implica estar todo el día en vigilia para poder darme cuenta de cada detalle.
Con este simple procedimiento podemos ir cambiando nuestra forma de ser, eliminando detallito por detallito, y liberando la Conciencia atrapada en cada uno de los defectos.

Si me siento un rato a reflexionar sobre los distintos eventos del día y los estados en que me encontraba, puedo hacer nuevos descubrimientos y continuar pidiéndole a la Madre divina que me elimine cada cosa que vaya comprendiendo. A este procedimiento se le denomina Meditación reflexiva, y nos ayuda a liberar grandes cantidades de Conciencia.

Algunas conferencias relacionadas: Conf. 2 (“Que es la muerte, lo que muere y lo que no muere”), Conf. 16 (“La auto-observación”), Conf. 22 (“La meditación”), Conf. 27 (“Técnica para disolver el yo. Los detalles”).

SACRIFICIO POR LA HUMANIDAD

Todo lo que hacemos en el mundo físico tiene por objetivo la búsqueda de dinero, de prestigio o de placer. Si alguna actividad no nos proporciona una de estas cosas, la rechazamos.

La palabra “sacrificio” deriva de sacro oficio (oficio sagrado). Este oficio es sagrado porque consiste en transmitirle a la humanidad, de manera desinteresada, cómo y por qué establecer una conexión con su parte divina, por medio de los cuatro pilares de la sabiduría. Y debe hacerse sin ningún tipo de distinción de raza, color, edad, posición financiera, nivel cultural, etc.

El Conocimiento hay que entregarlo sin recibir nada a cambio, completamente gratuito; de lo contrario no es sacrificio sino negocio. Nadie tendría con qué pagar este conocimiento. Debemos entregarlo puro y limpio, sin agregarle ni quitarle nada, sin mezclarlo con conocimientos pseudoesotéricos o subjetivos.

La Sabiduría es el principio de todo. Si no la recibimos, morimos ignorantes de la razón misma de existir. Si reflexionamos en esto y valoramos el Conocimiento que tenemos nos daremos cuenta de la responsabilidad que esto representa. Imaginar que todos nuestros hermanos duermen, sin saber siquiera para qué existen, produce terror.

Cuando enseñamos se manifiesta la fuerza del Padre interior, la Sabiduría de nuestro Espíritu; por eso, cuando enseñamos, aprendemos.

Algunas razones para sacrificarnos por la humanidad:

  • La razón de ser del Ser es el mismo Ser.
  • Desegoistizarnos, dejar de ser egoístas.
  • Una obra de amor se alimenta con amor.
  • Cada yo tiene su propia deuda, si no tenemos con qué pagar nos estancamos.
  • Debemos el karma de siete existencias, si pretendemos autorrealizarnos debemos pagar de contado.
  • Cuando uno debe mucho necesita tener buenos ingresos.
  • Cuando uno se sacrifica por la humanidad recibe dharma.
  • El Sacrificio genera los méritos del corazón para poder avanzar.
  • De lo que uno da, recibe. El que nada da, nada recibe.
  • El que da sabiduría recibe sabiduría.
  • El que tiene y no da, hasta lo poco que tiene le será quitado.
  • Los méritos del corazón nos permiten avanzar en el trabajo del Nacimiento.
  • Si una persona enseña, cada vez que enseña comprende mejor algo.
  • El egoísta avanza muy lentamente, si es que avanza.
  • Cada vez que le ayudamos al Padre a dar el conocimiento Él nos enseña algo.
  • Cada vez que repetimos el temario lo comprendemos mejor.
  • Si dejamos de enseñar nos enfriamos y nos estancamos en los otros dos factores.
  • Los distintos yoes quieren que nos olvidemos de este trabajo. Si no enseñamos, pasa eso.

Diferentes formas de sacrificarnos por la humanidad:

  1. Invitando a las conferencias a nuestros amigos, familiares y conocidos.
  2. Invitando a desconocidos.
  3. Repartiendo volantes y pegando afiches invitando a las conferencias.
  4. Haciendo publicidad o campañas publicitarias.
  5. Recibir las conferencias.
  6. Preparándose para dictar las conferencias.
  7. Haciendo introducciones en las salas.
  8. Dictando conferencias.
  9. Abriendo salas donde se pueda enseñar el Conocimiento.
  10. Preparando personal para que ellos continúen enseñando.
  11. Motivando a la gente para que arranque la práctica de los Tres factores.
  12. Dirigiendo a los grupos que se han organizado.
  13. Despertando conciencia para poder orientarlos.

Si comprobamos la fuerza que se recibe al dar este Conocimiento empezaremos a formar un grupo que nos permita tener un centro de gravedad.

Algunas conferencias relacionadas: Conf.13 (“Leyes de Karma y Dharma”), Conf. 40 (“El Sacrificio por la Humanidad”).

A lo largo del ciclo de conferencias profundizaremos sobre estos y otros temas para que practique y compruebe por usted mismo, sin tener que aceptar o rechazar este Conocimiento.